Como mencionamos en el carrusel anterior, estudios han mostrado que la alimentación es, quizás, el más potente sincronizador de los relojes moleculares periféricos.

Restringir la alimentación a una ventana corta durante la fase activa ha mostrado tener efectos metabólicos significativos en modelos animales, previniendo aún los efectos deletéreos de una mala alimentación.

Aunque la evidencia en humanos no es concluyente, estudios controlados sugieren que la alimentación tiempo restringida (o TRF) puede tener efectos beneficiosos sobre el metabolismo.

Referencias:

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Insulina e IGF-1 promueven la traducción de PER2: https://doi.org/10.1016/j.cell.2019.02.017

Slide 4:

El consumo de alimento durante el día evita los efectos perjudiciales de la desincronización circadiana en trabajadores nocturnos: https://doi.org/10.1126/sciadv.abg9910

Slide 6:

– El TRF previene el desarrollo de obesidad y síndrome metabólico en ratones con mutaciones en el reloj circadiano molecular: https://doi.org/10.1016/j.cmet.2018.08.004

– Una dieta alta en grasas altera el ritmo circadiano en ratones: https://doi.org/10.1016/j.cmet.2007.09.006

– El TRF previene el desarrollo de enfermedades metabólicas en ratones alimentados con una dieta alta en grasas: https://doi.org/10.1016/j.cmet.2012.04.019

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Estudio en humanos de un TRF de 8 horas (temprano en la mañana) que mostró mejora en la sensibilidad a la insulina sin pérdida de peso. https://doi.org/10.1016/j.cmet.2018.04.010

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Estudio en humanos que muestra que tanto un TRF empezado temprano en la mañana como al medio día mejoran la tolerancia a la glucosa: https://doi.org/10.1002/oby.22449