Diabetes de tipo 2: los fármacos no son la única opción
Una de las características de la diabetes de tipo 2 (T2DM) es la resistencia a la insulina, lo que contribuye a un aumento en los niveles de glucosa sanguínea.
Normalmente, el músculo esquéletico tiene un rol central en el control de la glicemia; en respuesta a la insulina aumenta la cantidad de transportadores de glucosa (GLUT4) en la membrana, permitiendo un mayor ingreso de glucosa a la célula.
Sin embargo, en la T2DM esta respuesta está alterada, dado que la vía de señalización de insulina no funciona adecuadamente.
Por suerte, el ejercicio es capaz de aumentar el ingreso de glucosa al músculo aún cuando la señalización por insulina es defectuosa.