¿Todas las dietas son iguales?

Muchos consideran que siempre y cuando se iguale la cantidad de calorías y proteína, todas las dietas son iguales. Sin embargo, la realidad es que las dos principales fuentes de energía de la dieta, los carbohidratos y las grasas, no son metabólicamente equivalentes. Los carbohidratos, a comparación de las grasas, van a estimular la secreción de insulina, y activar procesos pro-crecimiento y de síntesis en las células. Por lo tanto, es de esperar que una dieta baja en carbohidratos (con más grasa) tenga efectos metabólicos diferentes a una alta en carbohidratos (con menos grasa).

Durante la pérdida de peso, es crucial considerar no solo cuánto peso se pierde, si no también la composición de la pérdida (grasa versus tejido magro), y en esto es lo que se suelen enfocar muchos estudios. Sin embargo, hay menos estudios que analizan si la composición de la dieta puede afectar qué tipo de grasa se pierde (para entender la importancia y diferencia entre depósitos de tejido adiposo, leer este artículo). Eso es lo que los investigadores del siguiente estudio quisieron determinar.

Effects of weight loss during a very low carbohydrate diet on specific adipose tissue depots and insulin sensitivity in older adults with obesity: a randomized clinical trial

Traducido como: «Efectos de la pérdida de peso durante una dieta muy baja en carbohidratos en depósitos específicos de tejido adiposo y sensibilidad a la insulina en adultos mayores con obesidad: un estudio aleatorizado controlado».

En este estudio, los autores dividieron a 34 adultos mayores con obesidad en dos grupos: uno consumió una dieta baja en grasa y alta en carbohidratos (recomendación tradicional, HC) y el otro, una dieta muy baja en carbohidratos y alta en grasa (LC), por 8 semanas. Luego de este periodo, midieron cambios antropométricos generales (peso, porcentaje de grasa, etc.) y otros más específicos (mediante resonancia magnética), entre los que se incluyeron tejido adiposo visceral (TAV), subcutáneo (TAS) e intermuscular (TAIM), así como parámetros bioquímicos.

Un detalle importante es que no restringieron las calorías en ningún grupo, simplemente dieron recomendaciones nutricionales que tenían como objetivo mantener el peso. El consumo libre de alimentos, conocido como ad libitum, permite evaluar el efecto específico de una dieta no solo en diferentes marcadores, sino también en el apetito.

¿Qué encontraron?

El grupo que consumió la dieta LC perdió más peso y grasa corporal comparado con el grupo HC, que casi no cambió ni en peso o grasa corporal. Interesantemente, en el grupo LC también se observó una disminución drástica en los diferentes depósitos de grasa corporal, mientras que en el grupo HC, solo hubo cambios mínimos en el tejido adiposo subcutáneo, mientras que el visceral e intermuscular aumentó de manera no estadísticamente significativa.

Los cambios en el grupo LC estuvieron acompañados de una reducción significativa de la insulina y triglicéridos (TG) en ayunas, y un aumento en la sensibilidad a la insulina.

TAV: tejido adiposo visceral; TAS: tejido adiposo subcutáneo: TAIM: tejido adiposo intermuscular: TG: triglicéridos

¿Qué se puede concluir?

Este estudio refuerza lo que otros estudios han mostrado consistentemente: en general, la reducción de carbohidratos en la dieta sin restricción calórica mejora la sensibilidad a la insulina en el hígado, reduce el consumo de calorías espontáneamente y produce una reducción significativa de grasa corporal, en particular de aquellos depósitos asociados con enfermedad cardiometabólica, como la visceral e intermuscular.

Fisiológicamente, estos resultados pueden explicarse por dos efectos principales que ocurren con una dieta baja en carbohidratos. Primero, al utilizar principalmente ácidos grasos como energía, se forman cuerpos cetónicos, los cuales han mostrado reducir el apetito. Esto hace que se disminuya inconscientemente el consumo de calorías y se regule el peso corporal. Segundo, como se observó en este estudio, los niveles de insulina disminuyen drásticamente. Uno de los principales efectos de la insulina es el de estimular la síntesis de ácidos grasos, particularmente en el hígado. Con la disminución de insulina gracias a la restricción de carbohidratos, se suele observar una reducción significativa en los niveles de triglicéridos, que pueden servir como marcadores de síntesis de grasa hepática. En conjunto, ambos factores explican los efectos positivos observados en este estudio.

Si bien la restricción de carbohidratos ha mostrado ser beneficiosa, igual de importante parece ser la restricción de energía per se, así como la calidad de los alimentos. Por ejemplo, con una dieta hipocalórica alta en carbohidratos no procesados también se observa una reducción de grasa visceral comparable a una baja en carbohidratos y alta en grasa. Esto sugiere que probablemene los mejores resultados se obtienen con una dieta baja en carbohidratos a partir de alimentos no procesados.

nutmol

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