El dimorfismo sexual de la obesidad: Parte 2

En el artículo anterior nos enfocamos en las diferencias que existen en la distribución de la grasa corporal entre hombres y mujeres, resaltando que es importante tener en cuenta el tipo de tejido adiposo en el que la grasa se almacena preferentemente.

Como breve recordatorio: las mujeres de edad premenopáusica tienden a almacenar grasa predominantemente en el tejido adiposo subcutáneo (TAS), mientras que los hombres en el tejido adiposo visceral (TAV).

En este artículo, nos centraremos en evidenciar por qué es importante tener en cuenta estas diferencias. Para ello es pertinente explicar brevemente:

¿Cómo se expande el tejido adiposo?

Existen dos maneras por las cuales el tejido adiposo puede expandirse conforme se almacena grasa:

  1. Incrementando el número de adipocitos a partir de células precursoras (pre-adipocitos), también conocido como Hiperplasia.
  2. Aumentando el tamaño de los adipocitos existentes, proceso conocido como Hipertrofia.

Formas de expansión del tejido adiposo. AG: ácidos grasos. Adaptado de: Hammarstedt, A. et al. (2018).

El proceso de expansión del tejido adiposo es dinámico, lo que quiere decir que ambos procesos (hipertrofia e hiperlasia) pueden ocurrir en un mismo depósito. Esta expansión también requiere de un remodelamiento de la matriz extracelular, lo que permite que haya suficiente espacio para la formación de nuevos vasos sanguíneos, necesarios para que ocurra una irrigación adecuada y prevenir la hipoxia (que resulta en la muerte de los adipocitos).

Dependiendo del tipo de depósito (visceral o subcutáneo) y de su localización en el cuerpo (abdominal o femoral), se favorece más una u otra forma de expansión. Es importante destacar que la capacidad de almacenamiento del TAV está limitada anatómicamente por la cavidad abdominal. Al superar la capacidad de almacenamiento del TAV se promueve la acumulación ectópica de lípidos, lo que puede generar resistencia a la insulina e intolerancia a la glucosa.

En términos generales, la expansión por hipertrofia se considera más perjudicial en la obesidad debido a que cuando los adipocitos acumulan una cantidad excesiva de grasa, alcanzan un tamaño demasiado grande, lo que puede generar hipoxia e inflamación del tejido. Esto ocasiona un cambio en el perfil de adipoquinas secretadas hacia unas de tipo pro-inflamatorio, como TNFa e IL-6. Asimismo, debido a la falta de irrigación, algunos adipocitos pueden morir, estimulando la infiltración de los macrófagos pro-inflamatorios que los rodean, incrementando aún más la inflamación. Este estado inflamatorio crónico contribuye a que se altere el funcionamiento normal del TA y se favorezca la acumulación ectópica de grasa.

En la expansión por hiperplasia, al promoverse la diferenciación de nuevos adipocitos, la grasa se acumula en un mayor número de células lo que permite que los adipocitos mantengan un tamaño normal, previniendo problemas de irrigación del tejido y evitando que se produzca un ambiente hipóxico e inflamatorio.

Expansión del tejido adiposo en la obesidad dependiendo del depósito. Adaptado de: Schoettl, T. et al (2018).

¿Por qué es importante tener en cuenta esto? 

Porque el riesgo cardiometabólico es mayor en hombres en comparación con mujeres pre-menopaúsicas de un mismo índice de masa corporal (IMC) y edad. Es importante notar que el riesgo metabólico esta relacionado con la distribución de la grasa, ya que los hombres acumulan la mayor parte de la grasa de la dieta en el TAV. Por lo general, tanto el TAV y TAS de la zona abdominal del cuerpo tienden a expandirse preferentemente por hipertrofia, mientras que el TAS de la zona glúteo-femoral se expande en mayor medida por hiperplasia

En este aspecto, se observa un dimorfismo sexual que influye en cómo la obesidad puede afectar a cada sexo:

  1. Las mujeres (pre-menopausicas), presentan una mayor cantidad de TAS glúteo-femoral que los hombres, mientras que la cantidad de TAS abdominal es similar en ambos sexos.
  2. El tamaño de los adipocitos del TAV es más pequeño en mujeres.
  3. El tamaño de los adipocitos del TAS gluteo-femoral es más grande en mujeres que en hombres, pero tiende a expandirse preferentemente por hiperplasia.
  4. La acumulación de grasa en TAS glúteo-femoral en hombres ocurre principalmente por hipertrofia.
  5. Pese a que en ambos sexos la acumulación de grasa en la zona abdominal está asociada con hipertrofia, las mujeres presentan un mayor número de adipocitos (incluso en ausencia de obesidad) lo que permite que puedan acumular más grasa antes de inducir un ambiente inflamatorio.
  6. La actividad de la lipoproteina lipasa (LPL) es mayor en los adipocitos del TAS glúteo-femoral, lo que se relaciona con su capacidad de almacenar ácidos grasos.
  7. La diferencia en la acumulación preferente en TAS o TAV influye en que existan diferencias en las concentraciones de algunas adipoquinas circulantes (como adiponectina y leptina) entre hombres y mujeres.
Comparación de la expansión diferencial del tejido adiposo en hombres y mujeres en condiciones de peso normal y obesidad

¿Qué factores son determinantes para la distribución diferencial de la grasa corporal?

Existen diversos factores involucrados en estos patrones diferenciales, entre los cuales el más estudiado es el efecto de las hormonas esteroideas sexuales, ya que pasada la pubertad las diferencias fenotípicas en la distribución de grasa corporal entre ambos sexos se hacen más evidentes.

En años recientes, se ha determinado que adicionalmente existe un componente genético y epigenético. Hay ciertos genes asociados a la distribución y acumulación de la grasa corporal, y que algunos de ellos son específicos según el sexo.

Adicionalmente, se ha reportado en modelos animales, así como en humanos con alteraciones cromosómicas o genéticas, otros factores que también parecen ser importantes: la inactivación del cromosoma X durante el desarrollo del feto, la influencia del par cromosómico y la expresión de receptores sexo-específicos. Estos estudios sugieren que estos factores no solo podrían ser determinantes para la distribución y acumulación de grasa corporal, sino también para la respuesta a la insulina y a otras hormonas.

En el siguiente artículo de la serie revisaremos más a detallar la influencia de las hormonas sexuales.

nutmol

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